Las cajas de cambios se dividen en dos grupos principales, las que hacen los cambios por nosotros y las que requieren de nuestra intervención. Lo más importante es que ambas difieren absolutamente desde su planteo técnico.

Sin embargo, dentro del grupo de las automáticas hay diferentes tecnologías, están las epicicloidales, CVT, robotizadas y de doble embrague.

 

Automáticas clásicas

También conocidas como epicicloidales ya que los engranajes están dispuestos en forma de un eje central (solar), planetarios y corona externa.

Un sistema hidráulico (actualmente controlado electrónicamente) se encarga de frenar los distintos engranajes logrando así el paso de marchas.

El acople entre el motor y la caja es mediante el convertidor de par, un sistema hidráulico sellado con dos turbinas, donde la que viene del motor acelera el fluido haciendo girar la otra, como un ventilador encendido puede hacer girar a otro apagado, si se los enfrenta. Así se obtiene un acople suave, pero muy poco eficiente comparado con la unión sólido de un embrague.

CVT

Esta es una caja automática pero que en lugar de engranajes utiliza una correa o cadena y dos poleas cuyo diámetro es variable, logrando así todo tipo de relación en forma continua, sin saltos entre cambios.

Si bien su eficiencia es increíble, no pueden soportar grandes cantidades de torque y suelen ser rumorosas, por eso no se utilizan en motores grandes.

Robotizadas y de doble embrague

Bajo este nombre agrupamos el tipo de cajas cuyo principio de funcionamiento es como el de las manuales, pero que pueden pasar cambios automáticamente. Esto se logra mediante actuadores eléctricos o hidráulicos controlados por una central electrónica que liberan al conductor de la responsabilidad de mover el embrague y la palanca.

Estas transmisiones son más eficientes que las epicicloidales, pero sufren de tirones en el paso de cambios. El problema de los tirones es resuelto en las cajas de doble embrague como la DSG de Volkswagen que utilizan dos ejes, uno dentro del otro, cada uno acoplado a su respectivo embrague.

Así se logra un paso de cambios es tan veloz que se torna casi imperceptible, aumentando también la eficiencia.

Automáticas clásicas

CVT

Robotizadas y de Doble Embrague